¿Le ha dicho su dentista o endodoncista que necesita un tratamiento de conductos? Si es así, no está solo. Millones de dientes son tratados y salvados cada año con endodoncia. Aprenda cómo el tratamiento de conductos puede aliviar su dolor de muelas y salvar su sonrisa, en horabuena, estas en el lugar correcto.
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Para entender la endodoncia, es útil conocer la anatomía del diente. En el interior del diente, bajo el esmalte blanco y una capa dura llamada dentina, hay un tejido blando llamado pulpa. La pulpa contiene vasos sanguíneos, nervios y tejido conjuntivo, y ayuda al crecimiento de la raíz del diente durante su desarrollo. En un diente completamente desarrollado, el diente puede sobrevivir sin la pulpa porque el diente sigue nutriéndose de los tejidos que lo rodean.
Durante el tratamiento del conducto radicular, se extrae la pulpa inflamada o infectada y se limpia y desinfecta cuidadosamente el interior del diente para, a continuación, rellenarlo y sellarlo con un material similar a la goma llamado gutapercha. Después se restaura el diente con una corona o empaste para protegerlo. Tras la restauración, el diente sigue funcionando como cualquier otro.
Contrariamente a las bromas sobre el asunto, el tratamiento de conductos moderno es muy similar a tener un relleno de rutina y por lo general se puede completar en una o dos citas, dependiendo de la condición de su diente y sus circunstancias personales. Usted puede esperar una experiencia cómoda durante y después de su cita.
Salvar el diente natural con un tratamiento de conductos tiene muchas ventajas:
El tratamiento endodóntico le ayuda a mantener su sonrisa natural, seguir comiendo los alimentos que le gustan y limita la necesidad de trabajos dentales continuos. Con los cuidados adecuados, la mayoría de los dientes que se han sometido a un tratamiento de endodoncia pueden durar tanto como otros dientes naturales y, a menudo, toda la vida.
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